¿Y si eso que muchos han llamado el reloj biológico no fuera
una irrealidad? Una institución tan reconocida como son los premios Nobel han
afirmado que nuestro reloj biológico ayuda a regular patrones de
conducta que nos llevan a dormir, a sentir hambre, a producir hormonas o incluso
a regular nuestra propia presión arterial. Por lo que, no es nada desdeñable la
importancia de este reloj biológico que siempre pensamos era más un mito que
una realidad.
Los descubrimientos que han sido reconocidos con un premio
Nobel, describen cómo los organismos multicelulares, como seríamos nosotros,
pero también las plantas o los animales, adaptan normalmente su ritmo biológico y lo sincronizan con
los ciclos de la propia Tierra.
Pero ¿por qué este descubrimiento podría ser tan importante?
¿qué repercusiones tienen entender que
nuestro cuerpo se regula en base a los ciclos y a los cambios de la Tierra?
Esta cuestión tiene grandes implicaciones en la salud de las personas
principalmente. Nuestro propio cuerpo se autorregula y esto resulta muy
importante porque nuestra conexión puede significar también encontrar el
bienestar, dependiendo en todo caso de nuestro propio estado y de nuestra
propia rutina.
Entendernos y entender nuestro alrededor
En este sentido, es interesante también atender a los
resultados que indican que nuestro reloj
interno también puede verse alterado
por lo que se denominan agentes externos, como la temperatura y la luz. Así
como en determinadas ocasiones el hecho de que la tecnología avance afecta a nuestro propio reloj biológico, nos
referimos a la utilización de determinados aparatos electrónicos más allá de las
horas del día en las que percibimos la luz natural, o incluso a los viajes en
los que cruzamos diferentes zonas horarias y tenemos periodos de desorientación
por el denominado jetlag.
0 comentarios :
Publicar un comentario