Sin duda se trata de cifras alarmantes, hasta hace unas
décadas la preocupación de nuestros gobernantes a nivel mundial era conseguir
que el número de niños que se encontraban por debajo del peso normal en el
planeta, bajase, pero, sin embargo, aunque estas cifras oscilan en los mismos
márgenes, lo que se ha conseguido es que el número de niños obesos supere el de estos otros niños.
La obesidad es
una cuestión muy seria y que cada vez se extiende por más países. En un
principio solo los países de occidente, por su forma de vida eran quienes más
niños y adolescentes con estos problemas de peso tenían. Sin embargo, a día de
hoy, países orientales y asiáticos perciben este problema como una cuestión
real cada día en sus fronteras.
Los problemas que se
derivan de la obesidad son muchos, como la diabetes o las enfermedades
cardiovasculares. De esta manera, los expertos aconsejan apostar por una
nutrición mejor en casa y en las escuelas y por supuesto acompañar estos
hábitos saludables de un ejercicio regular. En este sentido, la industria
alimentaria también tiene su papel, porque se necesitan etiquetas sobre sales,
azúcares y grasas claras.
Lo más alarmante de esta situación ha sido la rápida transición sufrida en todo el
mundo porque las cifras y las tendencias apuntan a que esta diferencia entre
los niños bajos de peso que los niños obesos aumentarán exponencialmente. Por
supuesto, quienes lideran este problema son países como Estados Unidos, pero su
influencia hacia otros países hace que no solo en los hogares estadounidenses
asome el peligro de la obesidad.
Hábitos alimentarios, de deporte y por supuesto conductas
responsables son las claves para no condenar al futuro de nuestra sociedad a un
problema tan serio como la obesidad.
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