Los emojis rodean nuestra vida, la gitana del whatsapp es
mundialmente conocida y cada uno de nosotros tenemos nuestros emojis de cabecera. Tal es su popularidad que a día de hoy
se ha creado incluso una película sobre los emojis. Sin embargo, el uso de
estas caritas sonrientes en el trabajo está siendo cuestionado y nosotros os
explicamos por qué.
Los chats de mensajería
instantánea dentro del trabajo como herramientas de comunicación interna o
los mails que escribimos dentro de la empresa, nos permiten insertar estas
caras sonrientes o emojis y utilizarlos para dar otro carácter a nuestro
mensaje, más énfasis, por ejemplo. Sin embargo, la utilización de los
emoticonos nos puede llevar a demostrar
falta de profesionalidad, pasando nuestros mensajes a tener un tono
demasiado casual.
Algunos piensan que añadiendo sonrisas y emojis a los
mensajes que envían dentro del trabajo transmitirán más cordialidad e incluso
darán seguridad a la persona para sentirse más cómoda. En vez de conseguir
esto, lo que se consigue más bien es minorar
la percepción de seriedad en nuestra persona y en nuestro mensaje.
Los roles de género también en el uso de emojis
Existe una tendencia a considerar que el uso de emojis es
más habitual entre mujeres que entre en hombres dentro del círculo de trabajo.
De esta manera, si una persona recibe un mensaje a ciegas sin conocer el sexo
del remitente y este incluye una cara sonriente, se da por sentado que provendrá de una mujer antes que de un
hombre.
De esta manera, no solo el uso de os emojis cambia nuestra
percepción en cuanto a la seriedad de los mensajes, sino que el mismo hecho de
restar seriedad a los correos nos viene dada por la caracterización que tenemos
del papel de la mujer en el trabajo.
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