Apple, uno de los fabricantes de tecnología más importantes del mundo, está luchando con uñas y dientes para impedir que los organismos oficiales del gobierno norteamericano le obliguen a violar la privacidad de uno de sus móviles. El terminal en cuestión corresponde al dispositivo que utilizó uno de los terroristas que actuaron a finales de 2015 en San Bernardino en un condenable suceso en el que fallecieron varios inocentes.
Apple contra el FBI
El FBI está luchando para convencer a Apple con la convicción de que tener acceso a los mensajes, datos y llamadas del iPhone les permitirá reducir el cerco de lo ocurrido en el trágico día del suceso. Y Apple prefiere establecer unos límites para demostrar a sus usuarios que para ellos el público siempre es lo primero. En la empresa fabricante del iPhone entienden la magnitud de lo ocurrido y saben que es algo horrible, pero no creen que en base a unos motivos determinados deban transgredir aquello que han jurado ofrecer a todos sus usuarios. Porque a partir de que cometas ese tipo de infracción una vez, será más fácil que ocurra una y otra vez. Además, ¿quién les dice a sus usuarios que no pueda volver a pasar? Nadie volvería a confiar en Apple de la misma manera.
Si tienes aliados de peso no puedes perder
Ahora mismo Apple tiene las de ganar y es difícil que la situación se tuerza, salvo que entren en juego poderes superiores a los que están al alcance de la empresa fabricante. Apple ha recibido el apoyo público de gurús de la tecnología como Mark Zuckerberg y también le han dado su apoyo las familias de algunas de las víctimas que fallecieron en el tiroteo.
Todo el mundo está con Apple y con su convicción de proteger la privacidad. Porque ya no se está protegiendo un móvil, sino el derecho de los estadounidenses a no enseñarle su móvil a nadie sin su consentimiento. Y cuando se trata de defender lo suyo, los norteamericanos son insuperables.
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